18/6/11

La misión comienza.

La fiesta de la Ascensión del Señor NO es una invitación a quedarnos contemplando el cielo.  La realidad social, económica, religiosa… aquí en la tierra clama por alguien que esté dispuesto a sumarse al movimiento de construcción de un mundo mucho más justo y misericordioso.

Jesús “se fue” y nos dejó una promesa: “Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.  El amor es la marca de todo cristiano(a). Ese amor es el que nos debe llevar a reconocer, en nuestra historia, la acción del Espíritu Santo, la promesa hecha vida del Padre.


¡Ánimo hermanos(as)!  No estamos huérfanos, no nos hemos quedado abandonados.  Jesús sigue estando presente y necesitado aquí, aquí donde vemos mujeres maltratadas, niños abandonados, personas sin empleo, gente con hambre y sed de justicia, aquí, en medio de este mundo que grita insaciablemente para que abramos nuestros ojos y descubramos a los Cristos sufrientes de nuestra historia.  La misión está comenzando y exige mucho de cada uno de nosotros(as).

¿La tarea?  Ser un ángel, un mensajero que esté dispuesto(a) a levantar su voz en contra de todo aquello que atente contra la promesa del Padre.  Recordemos, Él estará con nosotros(as) siempre.  La esperanza, compasión y anhelo de un mundo mejor ha de ser nuestro estandarte, al fin y al cabo, ese fue y será el ideal de Jesús ¿no?  ¡A seguir siendo misioneros, misioneras!
Emir
Formando Claretiano

No hay comentarios:

Publicar un comentario