7/8/11

María, la mejor compañía de los mártires.

María está presente con los mártires en el prolongado susurro del santo rosario que ellos llevan como un canto armonioso de oración a Cristo, en el regazo de su madre. En los momentos de dificultad, les lleva a dar testimonio de fe al vivir a plenitud el sí que dieron como respuesta al llamado que Dios les hizo, para convidar e ir en pos del Padre.
Al conmemorar el aniversario de profesión, es María quien  les invita a tomar la palma martirial para acompañarla en su asunción al Cielo, acción que permite al momento de morir gritar: “Viva Cristo Rey”, “Adiós amada congregación”. ¡Y cómo no decir “amada”! si nos congregamos en el corazón Inmaculado de María y, en su silencio, llegamos como Jesús a dar la vida con amor, a reconocer la voluntad de Dios.
 Como diría el beato Faustino Pérez: “Morimos perdonando a los que nos quitan la vida y ofreciéndola por la ordenación cristiana del mundo obrero”

Los mártires de Barbastro fueron los que llenaron de orgullo a la Iglesia e inspiraron al Papa Juan Pablo II exclamar: “Es todo un seminario el que afronto con generosidad y valentía su ofrenda martirial al Señor”, de manos de María que en el momento crucial estuvo presente: Ella les enseñó a ser discípulos de Jesús y apóstoles de su Reino. De ella aprendieron a hacer lo que Él les decía.

Wilmer Aguilar Bone
Formando Claretiano.

Mi experiencia de misionero Claretiano.


En los casi 61 años de vida en la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, ¿cuáles han sido las experiencias más fuertes?:

Sentir, en la 1ª profesión –el día de la Virgen del Rosario de 1950-, que había seguido la voluntad de Cristo y no la mía, y que Él me hijo “misionero hijo del Corazón de María”, dos de las tres cosas, que Él había grabado en mi espíritu como ideales de vida y de misión. Y sentir siempre viva la acción materna de María en todo mi ser y acontecer.

En la ordenación sacerdotal -1956 fiesta del Buen Pastor-, sentirme sacerdote de Cristo: tercer ideal. Y sentir viva su presencia en toda celebración de la Eucaristía.

Sentir en el sucederse de los días que todo iba respondiendo a la llamada de Cristo, comenzada a sentir a los 14-15 años, y sin contacto con la Congregación ni con claretiano alguno hasta 15 o 50 días antes del ingreso directo al noviciado. Y que el envío a ser formador de claretianos y diocesanos, prolongado durante casi toda mi vida pastoral, ha sido una gracia “impensada” pero sentida dentro del sígueme de Jesucristo.

Sentir la cercanía paternal de S. Antonio María Claret desde antes de comenzar el noviciado y reafirmada al celebrar los 50 años de mi primera profesión y los 50 de mi ordenación sacerdotal.
Ahora, a los 84 años, sentir la esperanza de llegar –cuando Dios quiera- al fin de mi carrera como Misionero Claretiano y recibir la plenitud en Cristo.

Padre Ángel del Molino, cmf.


Mártires de Barbastro

El verdadero misionero se goza en los sufrimientos, nada le arredra, ama a sus adversarios, pues su único ideal es entregar su vida por la supervivencia de la Iglesia.

Algo muy impresionante de los 51 mártires de Barbastro es la alegría que demostraban ante sus enemigos. Las torturas, tanto físicas como psicológicas, las asumían como un elemento más de su formación, hasta el punto de que en los edificios donde los encarcelaban, aunque estaban en las condiciones más precarias, no cambiaban su estado de ánimo. 

Quizá muchos de nosotros al leer los hechos sucedidos a los mártires claretianos de Barbastro, en 1936, nos parezcan una odisea. Sin embargo, para hombres como ellos no era más que fiesta, pues, ni siquiera en vísperas a ser asesinados, mostraban tristeza alguna. Como dice el beato Faustino Pérez, uno de los mártires, en su crónica: “Morimos todos contentos sin que nadie sienta desmayos ni pesares”.  En una ocasión, estando en la cárcel, se les ocurrió formar un “cuadro de risas”, el cual lo encabezarían los padres Pavón y Sierra. Y claro, como dirá todo buen claretiano, valerse de todos los medios. La idea era mantener la alegría hasta el día de su muerte.

La valentía con que actuaron es un ejemplo vivo para los servidores de la Iglesia. Desde el primer día de cárcel se habían propuesto no echar ni un paso atrás. Y así lo hicieron, aunque veían a sus compañeros atados de pies y manos ser llevados al lugar donde los asesinarían, no tuvieron ni la mínima idea de echar un paso atrás. Cuando los sacaban de las cárceles para matarlos gritaban: ¡Viva Cristo rey! Expresión que hacia reaccionar violentamente a los militares, más con su mirada llena de amor decían: “os perdonamos, os perdonamos todos”.
Francisco Miranda
Formando Claretiano.  
 

5/8/11

Fieles peregrinos...

Fieles peregrinos…
Combatir amando,
Morir por la vida,
luchando en la paz.

La sangre derramada                        
es una voz                                           
que se recoge, viva,
en la carne del Pueblo
que es la tierra.

Pedro Casaldáliga.
Mártires claretianos
nunca perdieron la alegría
cuando como hermanos
compartían la Eucaristía.

Su sangre derramada
fertilizó aquel suelo
de su tierra amada
que fue un paso hacia el cielo.

Con su cuerpo ensangrentado
se unieron al Padre glorioso;
a su muerte iban cantando
vivas al Hijo generoso.

Con humildad cargaron
su cruz de cada día
y nunca renegaron
ante la muerte que venía.


¡Viva Cristo Rey!
¡Viva el Corazón de María!
Al Señor  y a su grey
gritaban con alegría.

Todo estaba consumado,
perdonaban a sus asesinos
cuando el tiempo había llegado
fieles fueron peregrinos.

¡Qué valientes estos tus hijos
Congregación querida!
Con sus ojos fijos
en aquel que es VIDA.

Su ejemplo es mucho más
que solamente historia,
es testimonio que impulsa vidas
a la palma de la victoria.

Hoy somos nosotros los testigos
de aquella sangre derramada
que te juró designios eternos
querida congregación amada.


De un joven que no sabe de poesía.
Carlos Polanco.
Formando Claretiano.

1/8/11

Hoy continúa una grande obra.


Por Steven Gutiérrez
Formando Claretiano.


 Es difícil expresar como habría sido ese día, lo que en sus entrañas luminosas encerraba, lo que se fraguaba en su transcurso, de lo cual ni él mismo sospechaba, lo que iba a significar después de 162 años para un sinnúmero de personas, que aún hoy, siguen haciendo que esa obra sea más y más grande. Oh gran día, no tan grande como el día en que Cristo resucitó, pero con una magnitud incomparable como cualquier otro.


Dieciséis de Julio, día de la conmemoración a Santa María del Carmen, día en que Dios se dignó darnos tan gran regalo, día en que María del Carmen bendice a nuestra santa comunidad. Un cuadro de la Madre del Amor Hermoso presidía aquella habitación en la que seis hombres, todos con un espíritu ardoroso en caridad, se reunían para dar a luz lo que sería hoy para nosotros la santa congregación de Hijos del Inmaculado Corazón de María.  Aquellos seis hombres, todos con cualidades excepcionales, eran los padres: Esteban Sala, José Xifré, Manuel Vilaró, Jaime Clotet,  Domingo Fábregas y el santo Padre Antonio María Claret.


María era la prenda segura de la maternal protección para con aquellos misioneros que se llaman hijos suyos y le consagran sus planes de vida misionera. Empezaba una grande obra, aquella que nunca resultó de una improvisación, surgió y salió adelante, ha inundado miles de corazones, llevándoles el fuego de ese amor materno, transmitiendo por todos los medios los valores del reino, sirviendo a la humanidad inspirados en la figura de María Santísima, la mujer del sí, la mujer madre de todos.


El espíritu de San Antonio María Claret es el mismo espíritu de la congregación, ese espíritu inspirado en María, la madre y formadora. Ese espíritu que animó a los Mártires de Barbastro y de Fernán Caballero a decir ¡Viva Cristo Rey! Ese espíritu que nos tiene hoy reunidos en sagrada comunidad cristiana.


No hay más palabras que puedan expresar este sentimiento que surge en nosotros, imposible sería transformar en palabras estos pensamientos que llenan nuestra mente en torno a la congregación, sólo basta decir que ¡Una grande Obra continúa y continuará para siempre!  Gracias espíritu divino, gracias Buen Padre Dios, gracias María santísima, gracias Padre Claret.


Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

¿DÓNDE ESTÁ LA ALEGRÍA DE NUESTRA ESPIRITUALIDAD MAYA?



José Antonio Ichic Cac
El retoño de la cultura Maya.


Nuestra cultura (maya) descubre la alegría en cada uno de los seres vivos que nos rodea. Porque transmiten un mensaje al contemplar todos los seres  y descubrir en ellos una alegría.  La alegría es la expresión de la satisfacción interior del ser humano y los demás seres vivos. También por encontrarse con las cosas y también por comunicarse con el Tzuul Taq´a.  Según cuentan nuestros abuelos y abuelas que todos los seres vivos dan gracias al Qaawa´, porque vemos cada mañana los pájaros que cantan con alegría al recibir el nuevo día.

 Cada ser vivo muestra su alegría en cualquier momento y nosotros debemos armonizarnos con esa alegría, ya que es necesario vivir la alegría en todo momento y en cada instante de nuestra vida. No sentirnos tristes ni mucho menos vivir como esclavos  del sufrimiento, ya que nuestra querida tierra fue creada para que vivamos con alegría y no para estar tristes y no dejar en la oscuridad la alegría. Hay que ser conscientes que fuimos creados para estar en unidad y compartir con alegría la vida. No podemos considerar el mundo como un lugar de sufrimiento, entonces el Ajaw no hubiera creado el mundo, porque sabemos muy bien que Li Qaawa´ es perfecto, por eso hizo el mundo y él quiere que seamos alegres con todas las cosas. El Popol Wuj nos describe la alegría de nuestros antepasados y nos impulsa a nosotros a vivirla.

            “Y llenos de alegría dijeron – Ahora vamos a fabricar nuestra chicha durante estos tres    días” (Popol Vuh, Recinos A. 2008:28). Primero, estaban llenos de alegría y dentro de esa alegría existe un verdadero diálogo y una plena comunicación, donde todos están de acuerdo. Lo que se pretende realizar es en beneficio de la comunidad. En ese mismo momento iniciarán a fabricar chichas durante tres días. Todo esto implica un trabajo comunitario. Podemos situar en nuestra actualidad, la vida comunitaria de nuestro pueblo maya. Cuando preparan el mayejak lo hacen con una alegría; ancianos, ancianas, adultos, niños y niñas trabajando en la preparación de la fiesta, esa fiesta es para todos y no solo para el ser humano sino para la totalidad del universo.

Un grupo en la cocina preparando la comida, niños trayendo leña y los ancianos velando las ofrendas y todo esto, es un trabajo comunitario y lo he vivido en mi comunidad, Colonia Santiaguito, municipio de El Estor, Izabal. Todo se hace con alegría y riéndose en las mujeres en la cocina y los hombres igual forma trabajando junto con las mujeres. En este caso no existe exclusión ni malas palabras en las conversaciones (para mí es un recuerdo de mi gente)

La chicha es símbolo de vivir la felicidad, que despierta el ser humano, de alegrar más aunque la alegría ya está en nuestro corazón, sin embargo la chicha es símbolo de compartir en comunidad. Jesús de Nazaret cuando estaba participando en la boda de Caná, convirtió el agua en vino. Hemos interpretado mal el término de la palabra Chicha. La palabra chicha es una bebida sagrada de los pueblos originarios y el vino es una bebida sagrada de la cultura occidental, también es saber compartir en cada continente y cultura y no imponer las bebidas sagradas en otras culturas. Igual forma podemos encontrar en Lucas 15,23 que decía “Celebremos un banquete” ese banquete es un momento de compartir con la comunidad, el banquete incluye la gente  y el vino o la chicha porque simplemente el nombre cambia pero tiene la misma función. Por eso el mundo fue creado para vivir con alegría porque el Creador y Formador quieren que vivamos una vida en  plena armonía. Además la alegría no se encuentra solo en las fiestas sagradas sino también en otros quehaceres de la vida. Por ejemplo:

            “Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, lleno de deleites abundantes en mazorcas” (Popol Vuh, Recinos A. 2008:86) Nuestros antepasados supieron vivir con todo ya que se alegraron de haber encontrado un lugar para vivir. Así debemos vivir nosotros y alegrarnos por la vida y luchar en cada momento para que no caigamos en error de ver nuestro lugar como de sufrimientos, tengamos presente nuestra alegría y no olvidarnos de ella. La tierra es la misma vida, valorar nuestra vida y sentirse que el Ajaw está a nuestro lado y comparte nuestra alegría. De igual forma, el pueblo maya siente la alegría constantemente, y también cuando haya un lugar para vivir y donde realizar su vida. También cuando realizan la ceremonia, preparan el lugar sagrado y siempre con alegría. Esa búsqueda de lugar no es en individual sino en colectivo. El dialogo en la vida comunitaria nunca se rompe, todo se hace por medio del Ajaw ya que somos seres inteligentes y obedientes ante todos los seres.

“Y así recibieron su fuego las tribus y se alegraron a causa del fuego” (Popol Vuh, Recinos A. 2008:93) El fuego es el símbolo del Padre Sol, el amanecer, la luz y el día. El fuego causa la alegría del ser humano porque sin el fuego el ser humano no puede vivir la vida con alegría. También el fuego se encuentra en el interior de la persona, cuando una mujer embarazada tiene el fuego de la vida porque esta germinado una criatura y el principio de la vida. Cuando el sol sale las plantas se alegran porque necesitan el rayo del sol para crecer y ellas nunca se quejan del calor del sol. El fuego es sagrado porque es el principio de la vida.

“Lloraban de alegría cuando estaban bailando y quemaban su incienso, su precioso incienso” (Popol Vuh, Recinos A. 2008:100) Para nuestra cultura es fundamental el sagrado fuego ya que desde él se manifiesta la transformación del Ajaw y el universo. Nuestros abuelos lloraban por la alegría de quemar su Copal Pom porque dentro del sagrado fuego se logra descubrir el mensaje del Ajaw y junto con el fuego nos convertimos en un solo ser. Siempre se baila alrededor del sagrado fuego porque compartimos la misma alegría junta con los plantas y con los seres vivos. El sol gira con alegría, nosotros también nos unimos alrededor del sagrado fuego para compartir y armonizar con la energía del cosmos. Danzar con alegría es mostrar que nuestro corazón está vivo y siente la presencia del espíritu del Creador y Formador. La alegría esta en cada uno de los seres vivos, la alegría despierta la existencia de cada uno de nosotros.

B´ANTYOX ERE NAQ WANKEX CHI RILB´AL LI QAKOK´ KANJEL, LI QAAWA´ TAXAQ CHI WANQ EERIK´N.



Referencia bibliográfica.

Recinos A. (2008) Popol Vuh. Guatemala: Piedra Santa,1992. La vigésimo segunda reimpresión: 2008