18/6/11

La vida es una vocación, es una llamada ¿Lo sabías?


Probablemente en algún momento te has preguntado, ¿Para qué existo? o ¿para qué vivo?, quizá hoy puede haber una respuesta a esas interrogantes,  y es el hecho de que  por iniciativa de Dios hemos sido llamados, ¿a qué?, hemos sido llamados a la vida, luego a ser hombres y mujeres plenamente libres y felices, pero, para que esa vida se realice plenamente, la misma ha de ser una respuesta constante a la realidad actual en la que acontece, para que a ejemplo de la Virgen María que dijo Sí a la llamada que el Señor le hizo, nosotros también podamos dar ese Sí a la llamada que Dios nos hace, teniendo en cuenta que ese Sí requiere de muchas renuncias y que de esta misma manera cuando Cristo nos llama, nos convoca y nos invita a un discernimiento para toda la vida, y en estos momentos es el Espíritu Santo quien nos guía e ilumina, ya que si nuestra llamada es personal, nuestra respuesta ha de ser personal también, por tal razón nuestra docilidad ante el Espíritu Santo es muy importante para poder responder a la vocación.
En toda vocación, ya sea en el Matrimonio, el Laico, la Soltería, el Sacerdocio y la Vida consagrada, las disposiciones humanas, motivaciones y la personalidad son importantes, de igual manera todos estos estilos de vida son necesarios, dignos e importantes,  pero la llamada y designación de Dios por nosotros es gratuita.

La vocación se trata entonces de un diálogo interpersonal con Jesucristo y de una respuesta libre del hombre o la mujer al llamado que Dios le hace. “Dios elige a los más débiles del mundo”, “a los menos aptos”, como dijo María, la pequeñez de su sierva.  Sólo la misericordia de Dios nos capacita para vivir plenamente nuestra vocación. “La mirada de Dios no es como la del hombre: el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón” (1 Samuel 16,7).

La vocación a la que has sido llamado es un don de Dios; te invito a que la disciernas, la descubras, como dice Dios a Jeremías: “No tengas miedo, que yo estoy contigo…” (Cf. Jr 1,8)

Hugo Antonio Agrazal
Formando Claretiano.




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